Candidiasis / SIFO

Candidiasis / SIFO

SIFO y Candidiasis Vaginal: ¿qué relación tienen con la alimentación?

En consulta es frecuente que personas acudan buscando respuestas a síntomas que parecen no tener una causa evidente: distensión abdominal, gases, dolor después de comer, cansancio, niebla mental o molestias ginecológicas recurrentes. Dos diagnósticos que han cobrado relevancia en los últimos años son el SIFO y la candidiasis vaginal.

¿Qué es el SIFO?

El término SIFO (Small Intestinal Fungal Overgrowth) hace referencia a un sobrecrecimiento de hongos en el intestino delgado, principalmente del género Candida. Aunque menos conocido que el SIBO (sobrecrecimiento bacteriano), se estima que muchas personas con síntomas digestivos crónicos podrían padecerlo.

Los síntomas más habituales incluyen:

  • Hinchazón y gases después de las comidas.
  • Dolor o molestias abdominales.
  • Diarrea o estreñimiento.
  • Fatiga persistente.
  • Intolerancias alimentarias nuevas o reacciones exageradas a ciertos alimentos.

Su diagnóstico no es sencillo: se suele realizar mediante aspirado intestinal y cultivo, aunque muchas veces se aborda clínicamente a partir de la historia del paciente.

Candidiasis vaginal

La candidiasis vaginal es una infección causada también por Candida albicans u otras especies del mismo género. Es una de las infecciones ginecológicas más frecuentes y puede provocar:

  • Picor y ardor en la zona íntima.
  • Flujo blanco, espeso y grumoso.
  • Molestias al orinar o durante las relaciones sexuales.

Factores como el uso de antibióticos, anticonceptivos, cambios hormonales, estrés, exceso de azúcares refinados en la dieta o un sistema inmunológico debilitado aumentan la probabilidad de padecerla.

¿Qué tienen en común?

Tanto el SIFO como la candidiasis vaginal tienen una raíz compartida: el desequilibrio de la microbiota y el crecimiento excesivo de hongos como la Candida. En condiciones normales, la flora intestinal y vaginal mantienen a raya a estos microorganismos. Sin embargo, cuando se rompe el equilibrio, se produce el sobrecrecimiento y aparecen los síntomas.

El papel de la alimentación

La nutrición juega un papel fundamental en la prevención y apoyo al tratamiento de estos desequilibrios. Algunas recomendaciones generales incluyen:

  • Reducir azúcares simples y harinas refinadas, ya que la Candida se alimenta de ellos.
  • Incluir alimentos ricos en fibra (verduras, frutas bajas en azúcar, legumbres, semillas), que ayudan a mantener una microbiota diversa.
  • Consumir probióticos y prebióticos, ya sea a través de alimentos fermentados (kéfir, yogur natural, chucrut, kombucha) o bajo supervisión profesional.
  • Priorizar proteínas de calidad (pescados, huevos, legumbres, carnes blancas) para mantener el sistema inmune fuerte.
  • Evitar exceso de alcohol y ultraprocesados.
  • Consultar con un profesional antes de iniciar dietas antifúngicas estrictas o suplementos, ya que no todos los casos requieren el mismo abordaje.

Conclusión

El SIFO y la candidiasis vaginal son dos manifestaciones distintas de un mismo problema: el desequilibrio en el ecosistema de microorganismos que habitan en nuestro cuerpo. Una alimentación equilibrada, personalizada y acompañada de un buen estilo de vida (sueño, manejo del estrés, actividad física moderada) puede marcar la diferencia tanto en la prevención como en el tratamiento.

Si sospechas que podrías estar padeciendo alguno de estos problemas, lo más recomendable es acudir a un profesional de la salud para una valoración individualizada.


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